Algunos dicen que, en los países de Latinoamérica, la mayoría de personas no están muy interesadas en el concepto del e-learning. Si ése es el caso entonces, ¿podrían imaginarse a algunas de las grandes mentes en la historia del mundo teniendo toda la información imaginable a un solo clic de distancia?
¿Qué tal si Albert Einstein hubiese tenido la oportunidad de llevar a cabo investigaciones sobre sus descubrimientos de una manera más rápida y sin tener que dejar la comodidad de su hogar? ¿Qué hay del ya extenso vocabulario de Agatha Christie en sus novelas y qué más hubiese logrado de haber tenido acceso a todos los diccionarios online que hay disponibles? Finalmente, ¿pueden siquiera imaginarse lo que Wolfgang Amadeus Mozart hubiese logrado de haber recibido lecciones virtuales sobre mezclas de sonido y cómo utilizar programas de edición en línea? ¿Cuántas sinfonías y óperas más habría creado?
Todas éstas son grandes premisas con un toque de exageración, pero aún, ¿cómo puedes saber si estás maximizando tu potencial intelectual si ni siquiera lo has intentado? Quizás eres el tipo de persona que siempre ha pensado que el e-learning simplemente no es para ti porque te sentirías mucho más cómodo y enfocado si pudieras recibir tu información en persona. El problema con esa forma de pensar es que, si nunca te animas a salir de tu zona de confort, no tendrás la oportunidad de averiguar qué tan lejos tus habilidades podrían llevarte, colocándote entonces en una situación en la cual estableces límites a qué tan lejos puedes llevar tanto a tu mente como a tu conocimiento.
El primer paso a dar seguramente tendría que ser el mantener una mente abierta y no pensar que el aprendizaje en línea no es para ti. Sólo porque nunca has hecho algo en tu vida, no debe significar que las cosas siempre deban permanecer igual.
El segundo paso sería apreciar el mundo de información que tienes al alcance de tus manos y darte cuenta de lo afortunado que eres de tenerlo. Si ves la experiencia del e-learning como un último recurso porque no tienes más opciones, entonces probablemente no valorarás la oportunidad de adquirir nuevos y valiosos conocimientos que te podrían ser útiles en tu vida profesional y laboral.
El tercer paso dependería de que pusieras en práctica en el mundo real toda la información y conocimiento que has adquirido. Las cosas podrían sonar bien en teoría, pero deben ser puestas en práctica en algún momento para saber si eres capaz de hacerlas.
Finalmente, el último paso dependería de la retroalimentación que puedes juntar con base en la aplicación del conocimiento que recibiste y de cómo puedes mejorarla basándote en la misma. Mantener un registro de tus experiencias y compartirlo con otras personas, te llevará a contar con un análisis más detallado de tu aprendizaje y lo convertirá en algo mejor para que los demás lo comprendan y puedan aprender de él.
Tomemos por ejemplo, el aprender a hablar inglés en línea. Cuando quieres alcanzar una meta como ésa, elegir el programa adecuado para hacerlo es vital. Una entidad como KOE, que tiene más de 30 años de experiencia llevando a cabo la transferencia del conocimiento del idioma inglés a través de su Programa Fast & Easy, y que ha estado ofreciendo sus servicios en línea durante casi una década, tendría que ser considerada como una de las mejores opciones que existen.
A fin de cuentas, todo dependerá de ti. No importa si quieres aprender a cambiar una llanta, dominar un programa de diseño o aprender a hablar inglés para mejorar tus posibilidades de sobresalir en la vida; lo más importante es que tengas opciones a tu alcance y que la decisión de aprovechar dichas oportunidades sea tuya. La pregunta sería: ¿estás dispuesto a hacerlo?
Alfredo E. Clark