¿Te has preguntado por qué después de tantas y tantas horas de tomar clases de inglés la mayoría de las personas aún no lo hablan? Seguramente, has escuchado a muchas de esas personas decir: “entiendo todo lo que leo, puedo darme a entender de manera escrita y comprender gran parte de lo que escucho, pero no lo hablo”. ¿Te suena familiar?
Si contamos el tiempo que hemos dedicado a clases de inglés entre la educación secundaria, preparatoria o bachillerato y universidad, una persona ha tomado, en promedio, 500 horas de clases de inglés; pero, ¿por qué después de 500 horas de clases aún no se cumple con el propósito de hablar la lengua inglesa?
Mucho tiene que ver con la escuela tradicional, cuyos objetivos se centran en proporcionar información a los alumnos, formar su capacidad de resolver problemas y sus posibilidades de atención y de esfuerzo, como la mejor forma de prepararlo para la vida. Este tipo de enseñanza tiene como base la idea de que el alumno debe integrarse lo más rápido posible como miembro productivo a una sociedad, por lo que le brinda conocimientos abstractos, esquematizados y verbales; dejando a un lado la aplicación del conocimiento teórico en un contexto práctico y por ende el desarrollo de habilidades.
Por ejemplo, imagina que quieres aprender a manejar un auto y tomas una clase tradicional; seguramente tendrás que leer una serie de documentos escritos por diferentes expertos en manejo, deberás aprenderte de memoria los procesos a seguir para utilizar el clutch o embrague, el freno, las velocidades, el acelerador, etc. Una vez cubiertos todos los temas, tu profesor te hará una evaluación y probablemente tu calificación sea excelente, pero, ¿significa eso que ya sabes manejar? ¿Qué pasaría si el examen final implicara subirte al auto?
Para aprender a manejar un auto, debes subirte a uno y manejarlo. Jamás podrás manejar un automóvil de forma adecuada y segura, sin contar con la práctica y con un guía que te instruya en el proceso, ya que las habilidades se desarrollan mediante la práctica y no se pueden adquirir mediante el estudio de información.
Es por eso que muchas personas saben inglés, pero no saben hablarlo, ya que las clases de inglés que nos dan en la escuela tradicional son informativas, unilaterales, monótonas, gramaticales (con explicaciones tediosas, terminología compleja y poco práctica), estáticas y el protagonista, es decir, el que más habla inglés en la clase, es el maestro.
El hecho de haber tomado tantas horas de clases de inglés sin resultados satisfactorios, crea barreras de aprendizaje que generan en los estudiantes miedo, frustración y rechazo, que los hace sentirse intimidados y se niegan a darse la oportunidad de aprender a hablar inglés nuevamente.
En KOE hemos diseñado una pedagogía en la que sustituimos las clases tradicionales por monitorias, las cuales son evaluativas, participativas, interactivas, conversacionales y dinámicas, en dónde el protagonista eres tú, nuestro usuario. Aprendes a hablar inglés gracias a que te motivamos a hacerlo con un método único y diferente, reconociéndote como persona autónoma con conocimientos previos. Te apoyamos a reducir las barreras de aprendizaje en un ambiente relajado, sin miedos y sin intimidación a través de nuestra didáctica, tanto en las sesiones de monitoria que son 100% conversacionales, como en los talleres en los que adquieres conocimientos y desarrollas habilidades tales como: comprensión auditiva, conversación, fluidez, lectura y escritura, vocabulario, estructuras y pronunciación; así mismo, te proporcionamos una plataforma de e-learning con la que aumentamos tu exposición al idioma las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con actividades que te permiten practicar aún sin el apoyo de un instructor.
Por todo lo anterior, KOE es tu mejor opción para aprender a hablar inglés como desarrollo de una habilidad.
«Dime y lo olvidaré, muéstrame y lo recordaré. Déjame hacerlo y lo comprenderé» (proverbio chino) |
Ángel García.